Cómo afrontar la primera vez

Siempre hay una primera vez para todo, y algunas son más fáciles que otras. Con respecto al primer encuentro sexual, lo único seguro es que no será como lo esperas. Si has decidido que quieres perder la virginidad, presta atención a lo siguiente.

Hazlo con alguien que te aprecie (y a quien aprecies)

Algunas personas esperan a su noche de bodas para perder su virginidad, pero no todas lo hacen. Por eso, cuando decidas tener relaciones sexuales, ve a por alguien a quien aprecies, y que te aprecie. Después de todo, es una de las cosas que recordarás toda la vida, y es preferible que sea con alguien a quien quieres recordar, alguien a quien le importes.

Ve a por algo simple

Tu primer encuentro sexual no será espectacular, por más que las películas románticas te digan otra cosa. No intentes hacer algo “que viste que hacían en”, porque quienes lo hacían tenían mucha más experiencia que tú. Ve a por algo simple, que puedas hacer.

Toma precauciones

En las relaciones sexuales hay peligros, y lo bueno de esta época es que se pueden prevenir la inmensa mayoría. No hablo sólo de embarazos no deseados, sino de enfermedades de transmisión sexual. Por eso, busca información sobre las opciones a tu alcance: pastillas anticonceptivas, preservativos, etc., y practica cómo usarlos de manera correcta. Sea que tú y tu persona elegida sean de sexos distintos o del mismo, ir a una ginecóloga o a un urólogo es aconsejable.

Asegúrate que ambos están de acuerdo

Antes de proceder, pregúntense si quieren continuar. Algunas personas están de acuerdo con algunas prácticas sexuales y no con otras. Vayan al terreno común: ya habrá tiempo luego para experimentar cosas nuevas, o averiguar por qué él o ella no quieren hacer esto o aquello.

No te apresures

Tu primera experiencia sexual es algo muy personal. Si no quieres tener relaciones sexuales, no tienes por qué ceder ante las presiones: es tu cuerpo, y tú debes decidir sobre qué hacer con él. Hay algunas personas que no sienten deseo sexual por ningún sexo, o por uno solo, o por ambos, y eso es normal. Tómalo con calma, no hay ningún reloj corriendo.

Elige un sitio que te agrade (y en el que puedan estar un tiempo a solas)

Es preferible uno con el que tengas familiaridad, para que puedas relajarte. Lo mejor es un lugar en donde sepas que tendrás un par de horas a solas, ya que el juego previo es importante para relajarse y entrar en ambiente. Además, es preferible si no les interrumpen.

Intenta relajarte

La creencia popular es que la primera vez duele por ser la primera vez. La realidad es que la primera vez duele si la persona (varón o mujer) no está excitada o relajada. Por eso es aconsejable empezar con caricias, besos, o las clases de sexo que no incluyan penetración anal o vaginal, y luego, pasar a lo siguiente.

La penetración no es indispensable

Cada persona tiene su propio ritmo. Si en tu primera vez no quieres que haya penetración, siempre pueden ir a por otras formas de relaciones sexuales, y no hay nada de malo en eso. Pueden acariciarse, tocarse, besarse, decirse lo que se siente bien y lo que no, en varios encuentros antes de ir a por la penetración (si es que ambos quieren que la haya).

Si algo duele, dilo

Las relaciones sexuales tienen diversas funciones, una de las cuales es dar placer a quienes las tienen. Si algo te resulta doloroso o incómodo, comunícaselo a tu compañero o compañera. De esta manera, además de evitar más dolor, sabrán qué le gusta o disgusta, y podrán hacerlo mejor la siguiente vez.

Puede haber sangrado (o no)

Cuando el himen de la mujer se rompe, por lo general hay algo de sangrado. Esto no significa que está lastimada, y de por sí no causa ninguna clase de dolor. Algunas mujeres no tienen himen, y a otras no se les rompe sino hasta después de varios encuentros sexuales. El sangrado es normal.

Puede fallar

Si tú o tu compañero son varones (uno o los dos), ten en cuenta que un pene puede no funcionar como se espera que funcione. O ni siquiera tener una erección, por una serie de factores (estrés, biología, enfermedades, expectativas demasiado altas, miedo, etc.). Si eso sucede, no le den importancia e intenten ir a por otras formas de sexo que no incluyan la penetración clásica.

No, nunca será como en la pornografía

La pornografía es, al sexo, lo que las películas a la vida real. La pornografía no muestra cómo es el sexo, sino cómo podría llegar a ser, si es que tu objetivo es que terceras personas te observen. Muchas posas vistas allí son incómodas, poco prácticas o hasta peligrosas, hechas para que quien filme tenga una buena imagen de lo que sucede.

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo