¿En qué casos se debe luchar por un amor?

Antes que nada, esto no significa “rómpele la cara al resto de sus pretendientes, hasta que sólo quedes tú”, o similares. Hay ocasiones en donde el romance, o una relación de pareja, no es algo sencillo, debido a que la vida se encapricha en no ser como en las películas. Por si eres una persona real que vive en el mundo ídem, este artículo es para ti.

Cuando requiere y ofrece apoyo y contención

La pareja moderna no es como la de tus abuelos. El mundo ha cambiado, y las relaciones humanas también: ahora, una pareja tiene una relación mucho más igualitaria que antes. Puede que uno dé más que el otro en tal o cual tema, pero si está más o menos equilibrado, entonces puede que vale la pena el esforzarse por esa relación.

Cuando es positiva para ambos

Ella te hace querer intentar de nuevo esa carrera, él te da ánimos para que te lances a solicitar ese puesto de trabajo. Ella te pasa el dato que un evento que te interesa está en la ciudad, él te cuida cuando estás enferma y no te puedes ni levantar. Si te da ganas de mejorarte, de dar y recibir apoyo y ayuda, cuando los dos son más o menos iguales (en objetivos, situación actual, situación económica, ideas, etc.) es una relación sana.

Cuando hay buena comunicación

Las palabras y la comunicación no son lo mismo. Puede decirse mucho con una frase, y puede decirse nada luego de una tarde de intercambiar palabras. Comunicación implica el transmitir, y comprender, los sentimientos y las situaciones de la otra persona, entre otras cosas.

Cuando tienen una frecuencia sexual parecida

No tiene por qué ser igual, pero sí más o menos similar. Hay parejas que tiene sexo todas las semanas, mientras que hay otras que no tienen sexo para nada. La frustración en el ámbito sexual puede llevar a la infelicidad, por lo que es muy aconsejable el que hablen sobre este tema, no de forma cruda, pero sí con sinceridad.

Cuando se divierten en pareja

El disfrutar de la compañía de la pareja es una muy buena señal. Si hay más buenos momentos que malos, y el impacto positivo es mayor que el negativo (que ninguna pareja es perfecta, vamos), entonces vale la pena.

Cuando pueden ser ustedes mismos con el otro

Un viejo proverbio dice que las personas tienen tres rostros: uno que muestran al mundo, otro que sólo en sus más cercanos, y el tercero, que sólo conoce la propia persona. Con una pareja sana, no necesitas fingir ser alguien quien no eres. Te conoce con tus defectos y virtudes, y tú a tu pareja, y así y todo se quieren.

Cuando tienen objetivos parecidos

No tiene que ser el querer exactamente lo mismo (cosa que no va a pasar), sino el tener metas similares, o hasta que se complementen. De esta manera, podrán trabajar en equipo para poder alcanzarlos, y la satisfacción al lograrlo será doble.

Cuando las dificultades son circunstanciales

Hay cosas que escapan a nuestro control, como personas y como sociedad. Hay otras que pasan, tarde o temprano, si se trabaja en ello. Si los problemas que tienen no son de larga data, o duran poco, o son circunstanciales, entonces puede que valga la pena quedarse en esa relación.

Cuando ambos están dispuestos a luchar

Una relación de pareja se hace de a dos, y ambos deben poner de su parte para que funcione. Si los dos desean luchar para que la relación continúe, es porque ven que allí hay potencial, que el otro vale la pena, que la pareja tiene potencial y quieren seguir dentro de ella.

A veces, simplemente no vale la pena

Puede que el hacer funcionar esa relación te exija demasiado, o el dejar de lado cosas o personas a las que no tienes disposición alguna de apartar de tu vida. Quizás, el objeto de tus afectos adora el que sacrifiques todo por su bien, diciéndote que así es el amor. O haya circunstancias que no te permitan tener una relación, en especial, una relación sana. Evalúa si ese amor realmente les hará bien, a ti y a esa persona. Si la respuesta es no, lo mejor es retirarse.

Imagen de Laura Lauman
Autora del artículo